Relatos

El tiempo dormido   

Dormida, como tatuada de sueños pesados, con ese útero maduro fecundo de vida ajena, recorrido de murciélagos inquietos que minan tu razón... venías a mí. Suficiente era para el regocijo de la carne apretada, laderas de caderas consentidas, llenas de lánguidas manos abiertas donde te esperaban los amaneceres arcanos. ¿ Y dime, dónde piensas marchitarte esta última primavera?
Qué perdón manifiestas por haber querido ese goteo incesante que te daba mi aliento.Llevas ese funcionamiento en marcha con pasos de pies, marcha de protestas unísonas que te siguen erizando las sábanas... piel tuya de una misma piel fértil... de inquebrantables lamentos mientras que de roble se van haciendo tus costuras, por donde quiero yo colar mi deseo de tí. Llevas piel de tu piel sobre los años y mis años te han quedado arrugados acompasando el polvo de tu cajón cerrado.

Sabe tu valiente sangre a rastros de corazón, en el que yo insisto para restregarme tu olor de abandono, ese mismo que ves quemandose en mi sudor como imagen de tus aguas vacias. Te llevo entre los dedos como rumiantes serpientes llenas de pesadumbre rota. Te llevo como alegres ventanales de arena amontonada entre mis telas, esas mismas que ahora nostalgia el frío azul del hielo por donde cicatrizan los cimientos de mi escalera.

Amarillos, amarillos quería yo que fueran aquellos ojos imprescindibles, llenos de amaneceres torneados que acabaran con la llovizna de mi alma, que calmaran el azote inexorable del castigo de otros que nunca nos rozaron, aquellos ojos amarillos sabian de los que gritaban que estos colores son perversos, pero si me sirvo de sus ropas soy angel de alas conversas.

Y es que jaulas no se han hecho para ti, para mi, mujer, que entre las letras del diablo venías a mi hirviendo, mujer como aproximación, de sexo enredado en tus ojos de canela, mujer de carteles con luces que hueles al asfalto de la tierra.

Pero yo te sigo amando la persona de tu esencia y, me disfrazo yo el sentio entre las gentes que se agolpan para verte desnudar el frío de un invierno cualquiera , pero te beso yo en las palmas y me quedo entre los surcos para verte levantar los vuelos, con los velos de desiertos que ya nunca sueñan.Y verte yo quisiera mientras me quedo en el ocaso de pasos huecos, y quererte yo con entretenimiento las sonrisas conforme tamizas de puntillas los vaivenes del viento... brisa a brisa me viene tu recuerdo.

Así mujer enloquece durante la oscuridad de mi ventana,cuando se hace oscura la sombra búscame en el aire, bésame a escondidas... mira que nadie note la sonrisa!

Mujer, que de mujer me tienes hecha, a base de latidos quiero ir yo cosiendonos los pechos, salivando en la marea como marineras escénicas que se buscan lamerse cada herida abierta, de ti, de mi, de nosotras las dos ya llenas. Mira el reloj que gotea en la bahía nuestra arena, que paraliza la plata de las aguas que nos rondan las mieles tardías entre las piernas.

Mujer que de mi feminidad te vuelves frágil y más fuertes que los océanos son los ríos inavegables de tus venas... 
Ay! mujer de luna en venta, como la oscura noche aciaga remonta entre la espesura de los puertos con cadenas, arrimando las barquillas a tus aguas de sirena , quesiera yo remar entre las rocas de la tierra lejana que te espera.

Tú que adivinas las mañanas del consuelo y, tú que anudas al tiempo en un laberinto de deseos, los secretos deseos perdidos que agonizan rozando mi camisa sin tono ni concierto sobre las playas de montañas que se pierden en un eco... ese eco lento.

Venías a mi sin aroma de viento, sin prisas en las azoteas y mujer, mas que viento eres remolino en el que fluye mi marea y, mas que remolino eres la venus de piedra que tiembla en una esquina cualquera... Mujer bendita de mi madeja!

Vivo de la piedra en tus jirones que hacen los vástagos pedazos de mi tierra, la mia que te busca entre puntadas de la gente descalza mirando en tus ojos nocturnos, oscuros y derramados como la espuma de un estanque en huelga.

Mujer de pensamiento inerte, mujer de mi...mujer, de ti ya se van pintando de un rojo vivo mis heridas muertas, donde se abrazan los tejidos profundos de la noche y donde el día te hace presa... Mujer de ti, mujer de mis lagrimas en vela... ya no lloraremos más mujer bendita de acuarela...

Dedicado a todas las mujeres que viven en silencio.

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